La ruta 1001 cortada durante varios días fue la exteriorización de un grupo de vecinos de Río Tala, tal vez mucho menos perjudicados que la gran mayoría de los sampedrinos, por el deterioro constante de una vía que en otros tiempos nos conectaba con el progreso y las expectativas de un pueblo mejor.
Aún luego de que se haya aceptado la promesa de que esta vez sí, se pondrán en marcha las obras, apoyamos y respaldamos con nuestra presencia esa medida y cualquier otra que sirva para desnudar de una buena vez el desesperante llamado a un cambio profundo en todos los rincones del Partido de San Pedro.
Si sólo la ruta fuese el problema de nuestro Partido, estaríamos en otra situación mucho mejor, pero ese reclamo, puede replicarse en infinidad de situaciones en la que hemos perdido el sentido común.
Fundidos, desgobernados y con un retraso estructural de varias décadas, vemos y escuchamos a los sindicalistas celebrando haber acordado «uno de los mejores aumentos salariales» de la Provincia.
Estamos realmente en un túnel sin salida con un triste pronóstico para nosotros y para los que vendrán.
Volvemos a hacer un llamado a la reflexión de todos porque es verdad, siempre se puede estar peor, pero en San Pedro vamos a camino a marcar una referencia de cuán profundo se puede caer y que tan difícil puede resultar volverse a levantar.
